lunes, octubre 29, 2007

Camino de Santiago II

Mucha gente nos había dicho que nuestro próximo día va a ser lo más duro porque teníamos que subir a la montaña por más o menos 10 kilómetros. Pero para mi fue el mejor día del camino porque la naturaleza era tan maravillosa que saqué fotos todo el rato y eso ayudaba a pasar el tiempo. El premio de la subida era llegar a la frontera de la región de Galicia y un poco más tarde llegar a O Cebreiro. Allí una viejecita muy simpática que era la dependiente en una tienda de los recuerdos me dio ciruelas de su jardín cuando pagué por mi compra :) Está vez echamos nuestra siesta en una tierra de pasto. Pero después de algún tiempo teníamos que salir de ahí porque trajeron las vacas :) Galicia me recordó bastante a Rapla donde tengo una pariente que tiene su granja con las ovejas y las gallinas y donde todo está verde… Eran las 20:00 cuando llegamos al albergue de Fonfría y aunque no quedaba sitios decidimos quedarnos y montar nuestra tienda pequeñísima. El dueño del albergue era simpático y un ejemplo verdadero de la hospitalidad de los gallegos. Nos trajo mantas para el suelo de la tienda, me dio un saco de dormir y el día siguiente un chubasquero y le regaló su collar a mi madre cuando ella le preguntó que significa el símbolo que presenta el collar. Por cierto, en el albergue de Fonfría vi una bandera estonia :) Y ahora os enseño algunas fotos del tercer día:


El día siguiente desayunamos muy lentamente. La noche no era tan mal gracias a todas las mantas que teníamos en la tienda pero el tiempo parecía al abril de Estonia y no el agosto de España y no teníamos ningunas ganas de salir. Por fin empezamos el camino de este día y con la experiencia de otra noche decidimos caminar más rápido con menos descansos y asegurarnos el sitio en el monasterio de Samos. Teníamos que esperar en la cola mucho tiempo y hacía muchísimo frío. Como yo había ido al Camino desde Granada donde no tenía ningún jersey (todos estaban en Estonia) no tenía nada que ponerme y una vez registradas en el albergue, fuimos a comprarme algo. El pueblo tenía sólo una tienda con poca variedad y precios altos pero no tenía otro remedio que comprarme algo. Por suerte encontré un forro polar que me sirvió muy bien durante todo el Camino. Esta noche dormimos en el monasterio con 90 personas en la misma sala… Estaba pensando que vamos a tener un problema la mañana siguiente porque sólo había 3 WC-s para toda esta gente, pero cuando nos levantamos, mucha gente ya se había ido (¡aunque todavía estaba oscuro!). Este día pasamos por Sarria que es un pueblo donde mucha gente empieza su camino (hay que caminar los últimos 100 kilómetros para recibir la Compostela en Santiago y Sarria es 108 kilómetros de Santiago) y seguimos hasta Ferreiros. Era otro día duro para mí… Me dolían los pies, mi hombro necesitaba venda y cuando llegamos a Ferreiros descubrimos que no quedaba sitios en el albergue, el próximo estaba de 10 kilómetros (demasiado para andar estando tan cansadas) y que teníamos que pasar otra noche en la tienda. Y en estas noches hacía alrededor de 11 grados y ya no tenía el simpático gallego de Fonfría que me hubiera prestado un saco de dormir.







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